Nala es una cruce de persa, fue abandonada y atropellada, por suerte fue rescatada por una protectora, Siempre Kontigo, de Cádiz, aprovecho para mandarles un saludo, y un olé, como dicen los andaluces, por la labor que realizan. Allí le tuvieron que amputar el rabito, pues debido al atropello y los días pasados sin curar estaba en muy mal estado, allí
parió también, pues venía preñada, imaginaros....sus gatitos fueron saliendo adoptados y allí quedó ella.
La vi en una foto de la protectora, me enamoró y la adopté, y desde Cádiz vino a Almoines.
Ya me dijeron que era una gatita muy especial, y así es, muy suya, un bellezón como veis, y a pesar de su desconfianza hacia los humanos, le encantan los mimos, sé que de la familia es a mí a quien quiere y en quien confía, a mi marido lo ignora, y a mi hija bueno...así, así. Es una relación muy especial la que tenemos las dos. Pero no le gusta mucho que la peine, eso sí en ocasiones nos provoca una ligera enemistad.
Qué más os puedo contar de ella... le encanta la malta, como sabéis a los gatos hay que dársela de vez en cuando para evitarles las bolas de pelo en el estómago, pues ellos se limpian y se lamen.
Aceptó bastante bien a Pitu cuando llegó, y ahora son amigos, no criarán...no os asusteis, está castrada.
Ya os hablaré otro día de los beneficios de la castración, pero eso ya otro día.