Ayer sábado 17 de marzo mientras paseaba tranquilamente por Valencia disfrutando de la fiesta fallera, pasé por casualidad delante de la plaza de toros, donde un grupo de gente se había concentrado ante la puerta protestando en contra de la corrida que se iba a celebrar, de forma pacífica y mostrando carteles. Pues como defensora de la vida y detractora de cualquier tipo de violencia y tortura, me uní a ellos en lugar de pasar de largo, lo que pude observar a partir de ahí, es cierto, lo había leído, lo había visto en la tele, pero por primera ver lo vivía en primera persona y en primera fila, entré en contacto con la España profunda, anacrónica e ignorante, cual fue mi perplejidad y todavía no salgo de mi asombro cuando os cuento que había gente joven y no tan joven que al pasar nos insultaban y nos hacían gestos groseros, también desde arriba, en los balcones de la plaza la chusma enchaquetada y repeinada nos lanzaba colillas encendidas y lo que tenían a mano, menos mal que no encontraron alguna lata o una piedra... La policía nos pidió el permiso para estar allí, que por supuesto mostraron los organizadores, y a partir de ahí nos vigilaban con cara de pocos amigos, nos llegaron a decir que si ocurría algún altercado la culpa sería nuestra, alucina, nosotros que de forma pacífica mostrábamos nuestro rechazo a la tortura, la masacre, la violencia y el asesinato de un ser vivo inocente, y aguantábamos estoicamente los insultos, tendríamos la culpa, la culpa de qué, me pregunto, y nos vigiláis a nosotros, en lugar de controlar a la pandilla de sádicos sedientos de sangre que pagan por entrar a ver un asesinato, para aplaudir y vitorear a unos asesinos disfrazados de pallasos, y lo llaman arte y cultura...
Ya fui testigo ayer de la educación, el respeto y la cultura de la que alardean, pues dejenme decirles señores que en mi opinión solo un psicópata y un sádico puede disfrutar con el sufrimiento ajeno.
olé por esta gente comprometida |
Aquí tenemos a uno de los individios analfabeto y maleducado que después de insultarnos y hacernos gestos bastante feos para mi gusto, se dispuso a grabarnos con su cámara, como souvenir supongo. |
LA TORTURA DE UN TORO DE LIDIA
En el momento de salir al ruedo se le clava la “divisa” para que salga disparado por el dolor. Posteriormente sale el “picador” montando a caballo que le clava la “puya” (lanza) que llega a horadar en el dorso del animal hasta 40 cm. por los que empieza a perder gran cantidad de sangre. Después vienen las “banderillas” que se clavan en las mismas heridas de los puyazos, provocando a la res un insoportable martirio, ya que, a cada movimiento, los arpones de acero cortante rebanan carne y tejidos. El toro agónico rastrea con la mirada buscando inútilmente la salida que le lleve al campo.
Bañado en sangre hasta las pezuñas, se enfrenta al “valiente torero” que después de marearle con la “capa” procede a matar con la “espada”, esta, le destroza el hígado, los pulmones, la pleura, el diafragma…dependiendo del lugar por donde penetre en el cuerpo del toro. Cuando secciona la gran arteria, el animal agoniza con enormes vómitos ahogado en su propia sangre.
El animal muge lastimeramente y poco a poco se va ahogando con la sangre de sus pulmones horadados. No obstante todavía está vivo, por lo que para rematarlo se le pincha con la “puntilla” (puñal) entre las vértebras para tratar de seccionar la médula y paralizarle definitivamente. La víctima cae, aparentemente muerto, en muchas ocasiones sigue consciente mientras se le cortan el rabo y las orejas”.
¿Cómo es posible que haya gente que pague por ver esto y que lo considere “arte” y “cultura”?
Texto extraído de un escrito informativo del PACMA, Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal.